"Aunque mi pasión por los libros se ha hecho menos compulsiva en los últimos años, aún hoy me es difícil imaginar un placer más completo que la lectura. Los libros siempre han estado cerca de mí como una promesa, como una puerta, como un cofre. He vivido rodeado de libros toda la vida. Me es difícil imaginarme sin ellos, y de plano desconfío de una casa en la que no los haya. Mi padre fue bibliotecario (y además ávido lector), mi madre es bibliotecaria (y no muy buena lectora), en mi casa siempre ha habido libros y en la casa de mis padres, más que los propios (que eran muchos), lo que se leía eran los libros prestados por la biblioteca. Por todo esto sé que estuve ligado a los libros desde mi primera infancia, aunque dudo que haya tenido una relación muy estrecha con ellos antes de aprender a leer: durante muchos años sólo fueron objetos raros que ocupaban un lugar en la sala y, lo que era más molesto, la atención de mi padre. [...]"
Daniel Goldin, "Los textos y los días", Fractal n°11, octubre-diciembre,
1998, año 3, volumen III, pp. 155-163.
01 marzo 2006
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1 comentario:
No puedo imaginarme mi vida sin libros. Y no me gusta leerlos del Internet. No, me gusta sentirlos en la mano, hojearlos, subrayar, escribir alguna nota importante, etc. Mis libros son uno de mis más grandes tesoros. Saludos
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