05 febrero 2007

Libros que buscan sus lectores y lectores que buscan sus libros

Un comentario con mucho sentido del escritor mexicano Felipe Garrido:
{...} los libros no siempre llegan en el mejor momento para el lector, "hay muchas razones por las cuales un libro puede dejarnos de interesar, cuando a mí me sucede eso, ya no sigo leyendo".
Citó un ejemplo: "Empecé a leer `Bajo el volcán', de Malcom Lowry, y al llegar a la página 60 no podía (avanzar), entonces cerraba el libro; lo había traducido una amigo muy cercano y me daba mucha pena; en la Facultad todo mundo hablaba maravillas del libro y decía: `por qué no puedo”.
“ Hasta que dos años después, en un intento de volver al libro conseguí pasar de la primera parte y el libro se volvió maravilloso. A veces no estamos preparados para un libro o el libro no está preparado para nosotros", dijo.
Aseguró que "no hay ningún libro en el mundo que sea igualmente bueno para cualquier lector; los libros van buscando sus lectores y los lectores van buscando sus libros".{...}
Fuente:"No basta leer manuales, hay que leer a los escritores: Garrido". El Universal.Ciudad de México. 3 de febrero de 2007

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"MALDITOS, HETERODOXOS Y ALUCINADOS. Malcolm Lowry, el alcohol se hizo literatura (XVI)" por JAVIER MEMBA, Elmundolibro.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Respecto a esto, una de las cosas que más fastidian es no haber leído "ese libro" juvenil cuando eras joven, "ese libro" existencial en tus momentos existenciales, etc. La sensación de haber perdido un clásico que jamás te llegará hondo si lo lees ahora.

Monica Sulecio de Álvarez dijo...

"A veces no estamos preparados para un libro o el libro no está preparado para nosotros" Esto me encantó. Ahora que imparto cursos en el primer año de Universidad he visto cómo a los jóvenes a veces se les hace difícil leer un texto necesario para la discusión en clase, y me reta a buscar mejores textos que les "hagan clic". Recuerdo que en mi época de secundaria tuve que leer varios libros para los cuales no estaba preparada y me dejaron muy mal sabor de boca. Después de vivirlo en carne propia, intento evitar esto con mis alumnos y les he pedido que escojan el libro que prefieran, pero que tenga relación con el contenido de mi curso. Creo que ha sido fabuloso: todos han elegido ya el libro (aunque a veces recomendados por el hermano o la hermana mayor o sus mismos padres), pero al menos ha sido su elección. Y ahí los veo con sus libros bajo el brazo y comentando extractos en sus diarios. Es una experiencia que recomiendo a todos los que imparten clases a adolescentes o jóvenes adultos. "No siempre los jóvenes están preparados para un libro o los libros están preparados para los jóvenes"... Saludos, Mónica