Una editorial de reconocido prestigio en enciclopedias viene por mi colegio ofreciendo puzles de madera para la Educación Infantil. Otra editorial conocida por sus colecciones escolares de literatura, ofrece para las fiestas de cumpleaños del alumnado unos vasos de plástico, con el logotipo de la editorial, con algunas golosinas, envuelto todo en un cuento. En las pasadas navidades, otra editorial, vendió a los padres y madres del centro, un oso de peluche con un texto infantil. Y así podríamos seguir con múltiples y variopintas ofertas: hace poco me ofrecían por teléfono una videoconsola, si la compraba antes de que no sé qué fecha, ¡me regalaban una colección de libros!
Justificamos ciertas compras y un consumo, en ocasiones desmesurado, porque aliviamos nuestra consciencia pensando que así cubrimos las necesidades culturales de nuestros hijos e hijas, sin tener en cuenta la calidad, el contenido o el formato. Y convertimos la literatura en una especie de placebo. Y no quiero poner en duda las motivaciones de muchos padres y muchas madres, pero sí poner entredicho, si esas fórmulas, fomentan la lectura o convierte al libro, una vez más, en un objeto decorativo.
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5 comentarios:
A mí me l´lamó la atención que una editorial y librería de Estados Unidos haga regalos a los docentes que pidan a sus alumnos comprar sus productos=libros. Por otro lado, la colección Cuentos que Chiflan de Infantil.com. es recomendada por docentes y pediatras como estimulación para pre-lectores.(Son libros en cartoné con un muñeco sonoro adherido).
En lo personal, es algo que jamás imaginé lograr con mis "engendros" y una satisfacción para los esitores, creo.
La lista es en efecto larga, y la calidad, por lo general, de saldo o al menos desajustada a la capacidad de los alumnos. Me recuerda a un regalo que una madre quiso hacer a una maestra: "este libro, porque es de García Márquez, que tiene mucha fama, ¿no?". Y sí, la tiene, pero resulta que era una edición de kiosco incompleta y le regaló solo el volumen 1... o sea, Cincuenta años de soledad. :)
Más en serio, y para los padres y las madres: no todo lo que viene como libro vale la pena. Hay que elegir libros ajustados a los intereses y las capacidades de nuestros hijos. Otra cosa sería como decir que todo el cine es bueno y que da igual que les regalemos Rambo IV que El viaje de Chihiro.
Un saludo cordial,
Gonzalo
Dani, quizá pueden vanalizar al libro este tipo de OFERTAZOS pero hay que reconocer que es una oportunidad de acceso y adquisición conveniente del LIBRO, para las familias y profesores.
Cubierto el problema de acceso y adquisión, puede existir la oportunidad (lo tomas o lo dejas) de !LEER!
Quizás la oportunidad existe cuando podemos elegir, pero cuando sólo puedo leer "el que me regalan"... A no ser, que el que nos regalen, sea el "mejor" posible.
¿No les parece que es como dejarnos engañar? No sé... me asaltan las dudas.
Saludos.
La niña tiene tres años. Coge el oso y lo abre como un libro. Pasa las páginas mientras cuenta una historia que ella no sabe leer, pero ha memorizado cuando alguien se la ha leído antes. A la niña le encantan los osos y ahora, también, le gustan las páginas de los libros. Es un hecho del que he sido testigo. Creo que acertó el que inventó el oso-libro. Por lo menos una lectora ha conseguido.
Sinceramente, creo que el problema que afecta a los libros no está en cómo se vendan sino en la competencia terrible que le hacen a la lectura las pantallas: la del televisor, la del ordenador...
Un oso-libro siempre será preferible a una hora de juegos de ordenador.
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