Diario Digital, 28 julio 2008, Por Faustino Pérez
"Recientemente se les conoce como Novelas Gráficas.
Comoquiera que se les llame o se les clasifique sirven para comunicar, porque se emplean para la “transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor”, según el diccionario de la Real Academia. Por otro lado, distraen porque divierten, y son verbo-icónicos ya que normalmente son narraciones que constan de textos y de imágenes.
Lo que “dicen” los personajes, aparece habitualmente dentro de los llamados globos, bocadillos, nubes, cenefas, filacterias, baloons, balones, etc. Como todos sabemos, esas expresiones “orales” se leen, no se escuchan, aunque hay que reconocer que la tecnología hace años que permite que se oigan. Existen aproximadamente dos centenares de globos según su intención, ya que sirven lo mismo para expresar amor, que para indicar una exaltación, o bien, que el sujeto está pensando, enfadado, o hablando a coro…De hecho, aparte de los textos, los globos pueden contener cualquier otro signo que soporte el papel, desde notas musicales hasta un idioma inventado, pasando por dibujos, códigos de barra, señales de tránsito, o lo que sea.
Los globos se pueden clasificar en cuatro apartados esenciales:
1ro.- Los básicos.
2do.- Los estereotipados, que sirven, por ejemplo, para expresar un bostezo, un estornudo, la tos, un suspiro, etc.
3ro.- Los que contienen “metáforas visuales”, como podría ser una idea brillante, representada con una bombilla encendida, o el sueño, interpretado con ovejitas saltando una cerca, o unos improperios a base de signos diversos ya estandarizados.
4to.- Los globos de autor para personajes específicos. El dibujante diseña una nube para un protagonista, y ya aunque no salga la imagen del personaje, el lector sabe por el globo de quién se trata.
Existen otras clases de contenidos escriturales como los que salen en los que se conocen como cartuchos, cartelas, textos, o apoyaturas. Estas cartelas son las reguladoras de la comunicación verbo-icónica, es decir, vienen a ser como una especie de “semáforos”; y las principales son las que ubican a los personajes en el tiempo y en el espacio, aunque existen una veintena más con funciones dispares.
Las famosas onomatopeyas, que son representaciones de sonidos, o bien, frases cortas impactantes, pueden estar dentro o fuera de los globos, y sirven para realizar numerosos efectos gráficos con ellas, si se quiere.
Normalmente el dibujante distribuye el espacio de la página empleando las llamadas viñetas, cuadros, cuadritos, pictogramas, paneles, etc., y son susceptibles de tener cualquier forma que convenga para el diseño de la página. En algunas ocasiones hasta se prescinde de las viñetas.
Lo habitual es que el lector ni piense, ni sepa, ni mucho menos se imagine, que existen diferentes maneras de leer un cómic, por más que él mismo, practique dos o más tipos de lectura, sin apenas tomar conciencia de ello. Empero,
independientemente de su nivel cultural, de su inteligencia, y de sus experiencias previas, - los cuales son determinantes en la interpretación que pueda dársele a un tebeo - , o sea, en el análisis hermenéutico, los lectores tiene la prerrogativa de leer el cómic como mejor les parezca, convenga y plazca; además, ¡quién puede controlar eso!, en el supuesto poco probable de que a alguien se le ocurriese hacerlo. Es preciso recalcar, que al estar las imágenes íntimamente ligadas a los textos, de forma indisoluble, ellas también influyen mucho en el tipo de lectura que se practique. El lector siempre se identifica total o parcialmente con la idiosincrasia del personaje favorito. Eso es inevitable.
En el otro extremo tenemos al guionista y al dibujante, quien(es) condiciona(n), de hecho, la lectura de la historieta de múltiples maneras, sobre todo con la composición y los diálogos de la página, en tanto intentan transmitir su mensaje, aparte ya de que proyectan obligatoriamente unas facetas de sus respectivas personalidades en sus personajes de ficción.
Existen básicamente dos tipos de lecturas:
A.- En función de la percepción (realizada a priori).
B.-. En relación a la interpretación (hecha a posteriori)
Si seguimos este ordenamiento tenemos:
A1.- LECTURA NORMAL: Es aquella que sigue las pautas, códigos y convenciones de la lectura habitual; o sea, que lo que está a la izquierda se lee antes que lo que se encuentra a la derecha, y lo que aparece arriba es previo a lo que está ubicado debajo. Se suele practicar para el montaje o puesta en página secuencial, que es con mucha diferencia el más corriente.
A2.- LECTURA ALEATORIA, DISCRECIONAL O LIBRE: En este caso la vista “salta” sin ningún orden pre-establecido, es decir, que el lector lee las páginas en cualquier orden. Es lo ideal para el montaje o diseño de página del tipo serie, el cual es poco empleado.
A3.- LECTURA RÍTMICA: Se refiere a una lectura que siga un ritmo o una velocidad más o menos constante. Naturalmente que aquí en este supuesto influye mucho la familiaridad que tenga el lector con el estilo de el/los autor(es), con la clase de narración, con el grado de complejidad de los textos e imágenes, con el cromatismo, con los recursos y efectos especiales empleados, con el género de que se trate, con la composición o puesta en página, y así sucesivamente.
A4.- LECTURA REVERSIBLE: Se puede interpretar como la posibilidad que siempre tiene el lector de volver a una(s) viñeta(s) o cuadro(s) anterior(es). También puede tratarse de alguien que empiece a leer la historia por el final para conocer de antemano el desenlace de la narración, antes de empezar su lectura normalmente.
A5.- LECTURA POR ENCIMA O SUPERFICIAL: Es una manera de tener una idea somera y rápida de la historia, sin fijarse mucho en los detalles y sin apenas leer los textos.
A6.- LECTURA ARTÍSTICA: Hay dibujantes que son famosos por sus técnicas y efectos, además de su estilo, y por la forma como resuelven los problemas gráficos; en definitiva, por su dominio de la “cocina” del arte historietístico. En este caso al lector le interesa más la forma que el contenido de la página.
A7.- LECTURA ANALÓGICA: El lector se fija en las imágenes, excluyendo los textos. Evidentemente que a este tipo de consumidor de cómics no le interesa adquirir historietas que tengan un predominio de textos sobre las imágenes.
A8.- LECTURA DIGITAL: Es lo contrario que el anterior, es decir, que el lector se concentra en los textos, sin apenas reparar en las imágenes.
A9.- LECTURA GUIADA: En este caso el dibujante le “traza” el recorrido visual al lector, por mediación de flechas, y/o de la composición, y/o de los códigos cromáticos empleados, etc. Naturalmente que el lector es libre de efectuar el recorrido que él quiera hacer.
B1.- LECTURA IDEOLÓGICA: Aunque la ideología existe en todo lo que hace el hombre, se le llama lectura ideológica, a la interpretación en base a las ideas, valores, concepciones, criterios y opiniones que cada lector tiene formado del mundo existente. Lo anterior implica que la ideología funciona como un filtro o tamiz, que condiciona, y guía, la interpretación del cómic.
B2.- LECTURA DENOTATIVA: Consiste en interpretar lo aparente y directo, lo evidente y superficial. Viene a ser la “fachada”, o aquello que simula ser, lo que parece y aparenta, lo que simula ser, lo más notorio y destacable.
B3.- LECTURA CONNOTATIVA: Es lo subyacente, lo sustancial, lo que realmente se quiere expresar. Es en definitiva una interpretación intuitiva evocada por las imágenes y textos de la historieta. Este tipo de lectura le exige al lector una mayor concentración y capacidad analítica, para poder elaborar las ideas que se presentan disimuladas, o sólo en apariencia. Es una forma de leer entre líneas. "
Disponible:http://www.diariodigital.com.do/articulo,30990,html
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