15 junio 2006

La gran Feria para los niños

Más de tres millones de personas acuden cada año a la Feria del Libro de Madrid. No se sabe a ciencia cierta cuál es el porcentaje de niños que la visitan, pero su presencia frente a las casetas, el peso que tienen los libros infantiles y juveniles en los expositores y las actividades que se organizan en torno a ellos dan cuenta de la hegemonía que vienen adquiriendo. Aunque la opinión pública sólo muestra interés por fenómenos como Harry Potter y sus imitaciones locales, la literatura infantil y juvenil se encuentra en tiempos de bonanza.

Prueba de ello son la proliferación de pequeñas editoriales, el resurgir por toda la geografía española de numerosas librerías especializadas, el reconocimiento que tienen nuestros ilustra dores en el exterior o el exorbitante número de títulos que se publican anualmente en este sector (8.722 títulos en el año 2004) y su facturación (253 millones de euros ese mismo año).

Por eso, la Feria del Libro de Madrid es una maqueta a pequeña escala del mundo del libro infantil y juvenil. En ella podemos constatar cómo las grandes editoriales apuestan mayoritariamente por obras de conocidos escritores de dudosa calidad, o cómo algunas editoriales de limitado pero de valioso fondo se quedan sin caseta; y mientras que los organismos gubernamentales reiteran sus palabras sobre la importancia y el valor del fomento a la lectura, son los pequeños grupos (como el organizador de la carpa infantil) los que realizan un trabajo ejemplar con rigor y creatividad.

En este contexto, hay niños que recorren la Feria pidiendo marcadores y pines; otros quedan deslumbrados al enamorarse a primera vista de un libro; los hay que se niegan a aceptar que la última entrega de su trilogía favorita aún no ha sido traducida y también están los grupos de amigos que coinciden frente a un puesto y reúnen calderilla y arrugados billetes para comprar un título que pronto pasará de mano en mano. No se puede decir con propiedad que la Feria del Libro haga lectores. Sin embargo, esta soleada arteria en medio del Parque del Retiro también es una muestra representativa de la compleja realidad de la lectura infantil e incluso quizás sea más fiable que los manipulados índices e informes de hábitos de lecturas.

Los mejores títulos
Aunque la variedad y la abundancia son valiosas, es cierto que pueden constituir una dificultad para quien no tiene muy claro qué escoger y cómo hacerlo. El interés que manifiesta un niño o un joven por un libro deben ser el principal parámetro a seguir. Sin embargo, también es importante que tengan contacto con cuentos y novelas que trasciendan la condición de objeto de consumo y destaquen por su calidad y originalidad. Los títulos que hemos seleccionado son una muestra de la mejor literatura infantil, ya que cada uno ejemplifica la creatividad y el talento que muchos autores e ilustradores le dedican a las obras dirigidas a los más pequeños.

Si el año pasado las ediciones y versiones infantiles del Quijote fueron las inevitables protagonistas de la Feria, este año lo serán, aunque con menor fuerza, las de Platero y yo. Anaya nos brinda una edición íntegra (no se confunda con las lamentables adaptaciones escolares publicadas por esta misma editorial) que destaca por el cuidado trabajo que le han dedicado. El prólogo de Juan Mata resulta iluminador para el lector adulto. Las magníficas ilustraciones de Thomas Docherty ofrecen una visión límpida y original de Platero que se apartan del tono indulgente y edulcorado tan generalizado, y muestran la continuidad entre los personajes, el paisaje y el estado anímico. Recomendado a partir de los 10 años o para ser leído en voz alta a los más pequeños.

En una línea totalmente diferente, nos encontramos con que comienzan a ser traducidos en España una serie de libros, en su mayoría alemanes, que “rescatan” textos filosóficos o poéticos de pensadores consagrados. Con un planteamiento visual experimental y riguroso, propician novedosas interpretaciones y acercan este legado a los lectores de un modo inteligente. Bárbara Fiore ha venido editando los libros que Wolf Erlbruch ha realizado en esta dirección. En La Creación nos encontramos con una puesta en escena irreverente y estimulante del oratorio de Haydn, inspirada en una producción de Bart Moeyaert junto al Nederlands Blazers Ensemble.

Alicia en tres dimensiones
Dentro de esta misma idea nos encontramos El mar en calma y Viaje feliz de J. W. Goethe (Juventud), libro excepcional de prolíficas lecturas destinado a niños de 4 años o más. En las dobles páginas de Peter Schössow podemos oír el silencio, sentir el sosiego o apreciar la intensidad marina. Sus ilustraciones no traducen el poema sino que enfatizan su peso y significado. De este modo, la imagen poética y la visual se entrelazan para transmitir toda la fuerza emotiva del poema-imagen.

Dos títulos destacan por la atmósfera onírica que emana de su lectura. El primero es una versión en pop-up de Alicia en el País de las Maravillas realizada por Robert Sabuda (Kókinos). El interés de este libro-objeto no se encuentra en la fidelidad a la obra literaria de Carroll sino en la experimentación visual y la complejidad del desplegable. Al abrir cada página o pestaña salta una pequeña obra arquitectónica de papel que sorprende tanto por su factura como por su creatividad. Para quienes comienzan a leer, recomendamos Cosas que pasan cada día de Kestutis Kasparavicius (Thule), un conjunto de microrrelatos e imágenes surrealistas, de placentera y transgresora lectura, en la que los objetos y animales que conviven con nosotros adquieren vida propia, con sus grandezas y sus miserias.

¿Por qué? de Lila Prap (SM) es un interesante libro informativo para niños a partir de 6 años. Preguntas acerca de la fisonomía o las costumbres de los animales salvajes sirven para introducir explicaciones científicas. La sencillez es su virtud principal, pues ofrece respuestas convincentes que enlazan otros conocimientos y, además, la imagen de los animales resulta fácilmente reproducible.

Los jóvenes amantes de novelas de aventuras se engancharán a La esmeralda de Kazán de Eva Ibbotson (Salamandra). En esta autora se aprecia un amplio dominio de la tradición, un meticuloso cuidado de la estructura literaria y una exigente construcción argumental. Sin embargo, es la inteligente administración del suspense, la recreación de tiempos y lugares muy seductores (en este caso la Viena imperial) y la lograda psicología de sus personajes los elementos que consiguen captar el interés y la atención de los adolescentes.
Por otra parte, y también destinado al público juvenil, recomendamos La historia de Troya de Roger Lancelyn Green, con ilustraciones de Pauline Baynes (Siruela).

Revisitando Troya
Más que con una versión, nos encontramos con una narración personal y meditada sobre la dimensión mítica, literaria y estética que envuelven a los hechos humanos y divinos que enfrentaron a Aqueos y Troyanos. La rigurosidad que caracteriza la obra no impide que sea una lectura apasionante y consiga introducirnos, sin que apenas lo notemos, tanto en la cosmovisión griega como en el legado tradicional del que bebe. Las ilustraciones modernistas, además de plasmar el tramado de tensiones que suscita la lectura, consiguen transmitir la doble condición contemporánea y antigua del relato.

Hemos seleccionado sólo una muestra de novedades de un sector editorial donde se pueden encontrar verdaderos tesoros. Sin embargo, el libro que más le gusta y le llega a un chaval suele ser el que él descubre por cuenta propia.

Dentro de la carpa

Desde el año pasado, la carpa infantil tiene un puesto central en la Feria y se ha convertido en un espacio dinamizador y de encuentro. El libro informativo es este año el protagonista de la carpa. La exposición se plantea como un laboratorio de ciencias que invita a la interacción entre el niño y objetos especialmente diseñados para alimentar su curiosidad y revelarle nuevos ámbitos de conocimiento. Se pretende transmitir la idea de que la ciencia y sus descubrimientos no son ajenos a nuestra vida cotidiana.

Ideada para ser visitada por niños y jóvenes de distintas edades, ya sea en el marco de una visita escolar o junto a sus padres, “Leer la ciencia” está concebida como una exposición en la que coexisten niveles de lectura e información, donde se fomenta el intercambio y la participación. Junto a la muestra se ha organizado un conjunto de actividades para niños y adultos y una publicación en la que se seleccionan y reseñan 75 libros informativos que destacan por su calidad. Además de las visitas para colegios y los cuentacuentos patrocinados por las editoriales, destacan los talleres infantiles “Todos somos antropólogos” (el día 26 a las 16:30) y “Jugando con la luz” (el 4 a las 12:30). Para los adultos interesados en el tema recomendamos especialmente el “Taller de selección de libro informativo dictado” el próximo 29 a las 17:30, coordinado por Ana Garralón (inscripción gratuita en el teléfono 923280549).


Gustavo Puerta Leisse, en "El Cultural" de "El Mundo"

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